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Region de Macedonia |
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Filipos |
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Filipos |
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Filipos es una fundación del rey de Macedonia, Filipo II. El objetivo de esta fundación era tanto tomar el control de las minas de oro vecinas como establecer una guarnición en un punto de paso estratégico: el sitio controlaba la ruta entre Anfípolis y Neápolis, un segmento de la gran carretera real que atravesaba de este a oeste, Macedonia y que será más tarde reconstruida por los romanos bajo el nombre de Vía Egnatia.
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Filipo II dotó a la nueva ciudad de importantes fortificaciones, que cortaban en parte el paso entre las marismas y el Orbelos, y envío allí colonos. Filipos conservó una verdadera autonomía dentro del reino macedonio: una ciudad con sus propias instituciones políticas. El descubrimiento de nuevas minas de oro cerca de la ciudad contribuyó al enriquecimiento del reino de Filipo II, que estableció allí un taller monetario. La integración definitiva de la ciudad en el reino macedonio tendría lugar bajo Filipo V. La ciudad fue a pesar de todo de tamaño modesto cuando los romanos destruyeron definitivamente. No se conoce nada o casi nada de la ciudad en esta época, excepto el recinto, el teatro, los cimientos de una casa bajo el foro romano, un pequeño templo y sobre todo un heroón (templo consagrado a un héroe). Este monumento recubre la tumba de un tal Exekestos quizás situada en el ágora, y ligada al culto de un héroe fundador de la ciudad. Fue visitada en algunas ocasiones por San Pablo (49, 56 y 57). Cuando Macedonia fue dividida en dos provincias por Teodosio el Joven, Filipos fue la capital de Macedonia Primera. La ciudad reaparece en las fuentes con ocasión de la guerra civil romana que siguió al asesinato de Julio César: sus herederos Marco Antonio y Octavio se enfrentaron a los partidarios de la República, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, en una doble batalla decisiva en la llanura al oeste de la ciudad en octubre de 42 a.C. Vencedores, Marco Antonio y Octavio licenciaron una parte de sus veteranos, los cuales se instalaron en la ciudad, refundada como colonia romana bajo el nombre de Colonia Victrix Philippensium.
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La colonia conoció un resurgimiento importante ligado a la riqueza que le aportó su rico territorio y su posición privilegiada en la Vía Egnatia. Esta riqueza se tradujo por un marco monumental. En 49 o 50, la ciudad recibió la visita del apóstol Pablo. Acompañado de Silas, Timoteo, y quizás de Lucas, el presunto autor de los Hechos de los Apóstoles, predica por la primera vez en suelo europeo en Filipos, y bautiza allí a un comerciante de púrpura, en un río al oeste de la ciudad: había allí entonces una comunidad judía, y una sinagoga atestiguado por la epigrafía. San Pablo habría visitado la ciudad en otras dos ocasiones, en 56 y 57. La epístola a los filipenses dataría de 54-55 y testimonia el impacto inmediato de la palabra paulina. El desarrollo subsecuente del cristianismo en Filipos está bien atestiguado, sobre todo por una carta de Policarpo de Esmirna dirigida a la comunidad filipense hacia el 160, y por la epigrafía funeraria. La primera iglesia atestiguada en la ciudad es de tamaño modesto y corresponde probablemente al origen de una casa de oración: esta Basílica de Pablo, identificada por una inscripción de un pavimento de mosaico, está datado hacia el 343, por la mención del obispo Porfirio, cuya presencia está atestiguada en el concilio de Serdica ese año. Se multiplican las fundaciones eclesiásticas: siete iglesias diferentes son construidas entre mitad del siglo IV y finales del siglo VI, de las que algunas rivalizan en tamaño y en adornos.
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