El Peloponeso

La Antigua Corinto

 
La Antigua Corinto, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

La Antigua Corinto

Metafóricamente, podemos decir que Corinto es la “raíz de la mora”, ya que durante la Edad Media, la península del Peloponeso era conocida como Morea, debido acaso al parecido de su forma con una hoja de moral o a la abundancia de moras del lugar.

En cualquier caso, Corinto fue durante largo tiempo uno de los centros más importantes de la antigüedad debido a su posición estratégica. No obstante, los romanos, quienes arrasaron la ciudad en el año 146 a.C., la reconstruyeron y convirtieron en capital de la provincia de Acaya un siglo más tarde. Incluso estudiaron la posibilidad de abrir un canal que uniera los mares Egeo y Jónico, tal y como hoy lo conocemos.

 

La Antigua Corinto, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

A pesar de que la capital se encuentra ya en tierras del Peloponeso, la provincia de Corinto abarca una pequeña parte del territorio continental, al nordeste del canal.

La Antigua Corinto se encuentra a 4 kilómetros de la ciudad moderna. Como dijimos anteriormente, aquella ciudad fue reconstruida tras ser arrasada por los romanos, con lo que nos ha llegado muy poco de lo que fue la primigenia ciudad griega. Destaca un templo dedicado a Apolo de estilo dórico y una serie de piezas de cerámica que se conservan en el museo del yacimiento.

 

La Antigua Corinto, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

A pesar de los terribles terremotos que la ciudad sufrió en los años 375 d.C y 521 d.C, aún se mantiene el típico trazado de una ciudad romana, con una avenida principal pavimentada de mármol y junto a la que se aprecian una serie de letrinas, una fuente al final de la calle y la Fuente de Glauce, que recuerda la trágica muerte de la hija de Creonte a manos de Medea, según nos cuenta la mitología.

 

La Antigua Corinto, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 
La Antigua Corinto, en el Peloponeso de la Grecia Continental